Precipitados
Fue un atropello su boca en esa calle.
Eso de andar sin frenos,
llegando a las esquinas...
Ni luces, ni señales.
Precipitados,
tirando de la cuerda,
los dos sin fuerzas,
y una esperanza de pálido amor.
Encima llueve a baldazos
y anuncian paro de trenes en Constitución.
Con la humedad en los huesos
y la humedad de sus labios diciendome adiós.
Sobran canciones para la vuelta a casa,
y una avalancha de sensaciones
me viene a buscar.
Sufro el silencio al fin,
ensimismado estoy,
curtida está la piel de tanto acostumbrar.
Sigue lloviendo a baldazos,
todo se cae a pedazos,
y la humedad de sus labios diciendome adiós.
Vals de la luna llena
Embrujado y solo por el cachetazo que me dió tu amor; que bien que me sale el papel eterno de portarme mal; juro, estoy porfiado, sigo convencido que es una obsesión, cuando el río suena me tienta embarcar.
La noche comienza a caer,
las ganas que vuelven a hablar;
nadie te dice por donde hay que ir,
sólo te queda rodar.
Porque una extraña fuerza corre por mis venas,
y en mi corazón,
siento a los caballos desbocados,
listos para galopar.
Parrillando tangos,
chamuyando en versos todo este dolor;
despertando en sueños la vida se da.
La luna preciosa se ve,
las ganas que vuelven a hablar;
nadie te dice por donde hay que ir,
sólo te queda rodar.
Embrujado y solo por el cachetazo que me dió tu amor, cruzo sin cuidado por la calle angosta de la realidad; fatigando el cuerpo en las borracheras de la inspiración juego con las musas que vienen y van.
Tango de vereda
Lleva en tu aire de tango canción,
que encuentra y pierde su inspiración;
desde una vereda rota de Saavedra
hasta el viejo Montmartre.
Arrastra la zurda un rabioso compás,
bombea imágenes desde el arrabal,
la transa, el baldío, el Tute con Chicho;
y eterno “chau... pibe chau!”
La va de atorrante este tango picante,
te bate la posta,
no le cabe la traición.
Recuerdos que hacen vacío en el pecho
como el suspiro de una confesión.
Y yo te sigo canción callejera,
a una distancia difícil de explicar.
Caen como la noche notas milongueras
y te van a buscar...
En el cosmos hecho polvo y entre los escombros
rezongas canción.
Tango de vereda, guitarras afuera,
"El Pollo" apura el fogón.
Rojos los taninos, las musas, los delirios,
de la calle que arrastra el turbión.
Y a vos te sigo, risa entre paréntesis,
labios que silban en la noche de Paname;
canción inquieta, ritmo de ida y vuelta,
duro para domar.
Y te respiro canción callejera,
a una distancia difícil de explicar.
Caen como la noche notas milongueras
y te van a buscar...
En el cosmos hecho polvo y entre los escombros rezongas canción.
Lulú
¿Qué te pasa Lulú?
Volviendo de la plaza,
la vuelta hasta tu casa
bajo este cielo azul;
ya no ves si es azul,
porque ya no ves nada,
derechito a la cama
y sin prender la luz.
Por los barrios del sur,
Lulú gasta sus noches
montada a los coches,
y a gran velocidad,
rompe la gravedad
sacando del escote
pepitas de colores,
para improvisar.
Y como la voluntad,
que todo lo genera,
sacás de la galera
una esperanza más.
Otro salto mortal...
Probando tus piruetas
te vas pateando piedras
cruzando el arrabal.
¿Qué te pasa Lulú?
¿Te aburre la pavada?
Las pibas de tu cuadra
no juegan como vos;
coqueteando al dolor,
usando de carnada
tu mente alucinada...
Como la voluntad,
que todo lo genera,
sacás de la galera
una esperanza más.
Otro salto mortal...
Probando tus piruetas
te vas pateando piedras
cruzando el arrabal.
Milonga trunca
En un reviente apasionado,
de psicodélica atracción,
rebotan los enamorados
del estallido ultra pop;
van a pasar de lengua a lengua,
de hembra a hembra, la ración...
Con bichos de laboratorio
despiertan a su corazón;
los infaltables de la noche,
los infartados de sudor.
Un cielo colmado de estrellas
es la aventura de Astroboy...
Gente cruzando el espacio exterior,
deshilachados, felices de amor.
El bombo festeja su noche inmortal,
bajo las telas de un circo infernal.
Que papi tiene novia nueva.
Que mami se interno otra vez.
Que amanecí rota en San Telmo
en brazos de un dinamarqués.
La coctelera Buenos Aires
se agita abajo de tus pies...
